No todos los contaminantes parecen nocivos a primera vista. Los alquilfenoles y los etoxilatos de alquilfenol son principalmente tensioactivos, es decir, una especie de jabón. Y el jabón suena inofensivo. Pero hay propiedades que hacen que los alquilfenoles y los etoxilatos de alquilfenol sean especialmente malos. Por un lado, son extremadamente perjudiciales para los organismos acuáticos. Se puede conocer la tensión superficial del agua y su importancia. Los tensioactivos la reducen y alteran así una importante propiedad del agua. Esto es malo para las zancudas acuáticas, que se hunden de repente, pero también puede tener consecuencias fatales en los peces al respirar bajo el agua, por ejemplo. Al mismo tiempo, los alquilfenoles y los etoxilatos de alquilfenol se degradan muy poco en la naturaleza. Esto significa que su influencia persiste y aumenta con el tiempo. Por último, se sabe que el nonilfenolletoxilato es perjudicial para la reproducción. La combinación de estos tres puntos la convierte en una de las sustancias más probadas en textiles.

Al menos el nonilfenol está restringido por ley a 1000 mg/kg y los etoxilatos de nonilfenol a 100 mg/kg según el Reglamento 1907/2006 (Reach) Anexo XVII Entrada 46. Sin embargo, su uso en la producción o el refinamiento no está restringido. Sólo hay que separarlos y recogerlos después para que no se liberen al medio ambiente. Esto significa también que en la UE no se permite el simple poslavado. Debe utilizarse un proceso especial para recoger el agua de lavado y capturar los alquilfenoles y los etoxilatos de alquilfenol. Es mejor y más barato estar directamente seguro de si están ahí o no.

Analizamos los alquilfenoles según la norma DIN EN ISO 21084 y los etoxilatos de alquilfenol según la norma DIN EN ISO 18254-1. Ambas normas son similares en su procesamiento, la extracción se realiza en un baño de ultrasonidos y después se determina la concentración de contaminante en el extracto. Pueden utilizarse GC/MS, HPLC/DAD, HPCL/MS y otras variantes.